Bienvenidos

Bienvenidos mortales, almas vagabundas, ángeles y demonios. Es un placer para mi tenerlos acá, disfruten de la música y cuídense de los zombies.

agosto 28, 2009

Antítesis .

Nunca le gustó ese juego, le resultaba demasiado inmenso, demasiado fuerte para un alma tan frágil. Tenía los pies descalzos, o eso era lo que sentía. El hielo se le clavaba en el cuerpo como puñal gitano.
Cada palabra, cada segundo eran una estocada mortal. Ya sabía lo que vendría, eso creía, o creyó siempre.
Los refugios apestaban a abandono, y el alcohol entraba en su cuerpo de niña rebelde con especial dedicación. No había nada en el abismo vacío de su soledad, nunca quiso nada más, siempre creyó, en el amor y en la libertad.
Después de una o dos noche sin dormir se abrazaba a su almohada y lloraba, a veces sin lágrimas, porque ya no tenía, porque se estaba secando por dentro. Pero reía, siempre reía.
No daba explicaciones cuando se las pedían, pero como se deshacía dándolas si nadie las pedía, siempre quiso ser otra, ocultó sus pequitas y su cabello bajo un disfraz que cambió por su inocencia, que mejor oferta para su vagabunda pero delicada presencia.
No creía en el deber, no prohibía ni prometía, bebía vino en caja, odiaba las compras y los zapatitos.
Decían que había nacido del mar, y que siempre anhelo regresar, en silencio claro, porque siempre callaba.
A nadie le espantaban sus locuras, algunos la aborrecían, mientras otros se dejaban fotografiar por sus ojos cadenciosos. De modo que les pareció "normal" enterarse de su desaparición. Algunos creyeron hasta la muerte que había escapado, en algún camión, buscando rebeldía. Otros sin embargo, los menos, pero los más sabían donde estaba, lejos de la urbe, en el fondo del mar, de su mar.-

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