Bienvenidos

Bienvenidos mortales, almas vagabundas, ángeles y demonios. Es un placer para mi tenerlos acá, disfruten de la música y cuídense de los zombies.

julio 29, 2009

Hagamos el amor en el mar, bajo la luz de la luna.-

julio 28, 2009

Alba .

.
Quédate
hasta el alba.

Where .

El azúcar no endulza,
El invierno se ha vuelto más frío.
¿ Dónde estás ?

Luna .

...Regálame un pedacito de luna, que me ilumine como lo haces .-

Mine .

Aún recuerdo la última vez que fuiste mía...

julio 05, 2009

Sigue tu camino... ( parte 1 )

Y ahí estaba, llorando como una niña pequeña, con los mismos temores, sintiendo el mismo dolor en el pecho que tantas veces ya había sentido.
Los árboles se mecían con suavidad y una tenue luz de luna iluminaba cada centímetro del sendero, pero yo lo veía todo negro, la luna me parecía un espectador que sólo andaba de visita por esta vida, para que hablar de las personas, no eran personas, eras máquinas sucias que destruían todo lo que estuviese a su paso. Todos se movían, el mundo seguía girando, los relojes no se detenían ni un segundo a esperar por mi, los trenes pasaban de largo en mi estación y yo seguía perdida. Cuando comenze a sentir frío fue que decidí caminar, caminé, caminé horas bajo la lluvia y el sol, y así fue que casi como un espejismo comenzó a aparecerse este mundo ficticio para mi. Había todo, todo lo que necesitaba, todo menos cordura.
Ese mismo día comenzó la fiesta, no logro recordar si era día o noche, la luz de la luna seguía iluminando el cielo, pero no había estrellas ni sol. El sexo, el vino, la música y las risas abundaban en el lugar, casi no puedo describirlo, olía a mujer, a mujeres varías, con cuantas dormí, a cuantas besé, cuantos días estuve ahí, tampoco lo recuerdo. Sólo recuerdo que si es que el demonio existe vive ahí.
Pude escapar, o mejor dicho salir casi por obra divina. De un momento a otro el espejismo comenzó a desaparecer, el vino acabó, y las mujeres se fueron, volvieron a ser máquinas, aunque quizás nunca dejaron de serlo. Un día cuando desperté ya no había nada ni nadie, maquiné un plan para escapar en caso de que todo hubiese sido una trampa, pero no lo era, apenas estuve fuera retomé mi camino sin impedimentos.
Aún podía sentir la resaca del vino, el camino se había vuelto desértico y mis pies ya no podían más. Ansiaba una mísera gota de agua, un abrigo, un lugar donde encontrara a alguien y cumpliéndose mi deseo apareció una mujer y Curo mis heridas, me llevo a un lugar tranquilo, me alimento, me dio de beber, me contó historias para hacerme dormir. Hacía mucho no tenía un día así, hacía mucho no dormía tan bien tan cómoda, tan jodidamente tranquila, era ideal, como un paraíso, pero la perfección no existiría ahí, una mañana cuando desperté me vi atada, inmovilizada completamente de brazos y piernas, junto a mi se encontraba ella, me miraba como a un juguete nuevo.
Por un momento imaginé que quería matarme, pero comenzó a cambiar mi percepción cuando vi que los privilegios ante mi no cambiaban, la mejor comida, la mejor bebida, los almohadones más suaves, incluso las mejores mujeres del harem. No entendía nada tenía todo pero seguía amarrada, y fue cuando comprendí lo que quería de mi, quería embotellar mi esencia, robarme lo único y más valioso que tenía: mi libertad, mi amada libertad. Tenía que escapar de algún modo, tenía que librarme... Comencé a vigilar cada movimiento, ya todo era rutina entonces me era más fácil planear mi huida, cada día era lo mismo, apenas despertaba se me traía el desayuno, a veces cuando no comía después de algunas horas me lo retiraban pero siempre dejándome la posibilidad de pedirlo de nuevo, tras un tiempo de descanso llegaban las mujeres, me abanicaban, me daban refrigerios, masajes e incluso sexo, cuantas veces yo quisiera, pero siempre con la presencia de esta mujer que me tenía prisionera, quien observaba y medía las conductas de sus súbditas para conmigo. Después de que se iban cuando yo me aburría se me traía el almuerzo, como a mi me gustaba, muchas verduras, muchas frutas y el infaltable jugo natural de naranjas y cuando yo lo pedía, de manzanas. La tarde era "libre" y digo "libre" por que en realidad era una libertad condicionada, ella se dedicaba a observarme, a tocarme, a besarme y de vez en cuando me "hacia el amor", todos los días eran iguales, y fue así como idee mi plan que poco a poco comenzó a volverse macabro. El único momento del día en que me encontraba desatada era cuando me hacía el amor, pero algo extraño me ocurría, cuando me cogía, perdía en parte el conocimiento, y ese fue el descubrimiento más importante que hice, logré notar que mi último comportamiento consciente era cuando me daba mi segundo jugo natural del día, era ahí cuando me drogaba, y esa noche la pase en vela pensando como podía hacer desaparecer el jugo sin tomármelo, y literalmente en mi cabeza estaba la respuesta, el almohadón que estaba sobre la cama era suficientemente esponjoso como para absorber esa cantidad de líquido...