Sintiendo...

Puedo sentir el fuego de tus labios
ardiendo en mi interior,
siento tu sofocada voz
susurrándome en el oído
que con caricias,
derrita el hielo
que a simple vista
te tiene envuelta,
y con gusto lo hago,
hasta no poder más,
hasta que cerramos nuestros ojos,
y nuestras manos descansan entrelazadas,
aun sudando,
aun amándonos en el silencio de nuestra oscuridad.

Cuando despierto no estas,
las sabanas aun mojadas de nuestro sudor
ahora están frías.
Ya no hay nada que hacer,
cuando quieras volver a saciarte me llamas.