Sus ansias por verla serán mas fuertes que las mías por ver la luna cada noche?
Esa luna que me ilumina y se lleva lejos los rayos de este irónico sol, que sin más, se esfuerza en recordar cada día, y no niega ante mis humedecidos ojos sus cínicas y egoístas miradas que rompen el esquema de lo racional y lo predecible.
Pero la luna, mi anhelada luna no me olvida y me lleva cada noche, cuando ya no puedo, cuando ya no quiero depender de esa maldita energía, cuando no hay nada entre mis manos y los cielos se oscurecen poco a poco; es solo entonces que desaparezco de lo imaginable y como cuando la beso emprendo el vuelo de vuelta a lo onírico, al surrealismo de sus caricias, a la frescura de su aliento y al ardor de sus miradas.
Vuelvo y solo vuelvo cada noche a sus brazos.
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